viernes, 18 de septiembre de 2009

Jim Steinmeyer, el cerebro de la magia, en Vitoria

[www.elcorreodigital.com - Septiembre de 2009]

Uno de los hitos de la magia moderna se produjo en 1983, cuando David Copperfield hizo desaparecer la Estatua de la Libertad en un programa en directo de la televisión. Casi treinta años después, el sistema empleado para realizar ese espectáculo es un misterio, un Grial que nadie ha sido capaz de encontrar. Jim Steinmeyer, que esta semana estará en Vitoria como conferenciante del festival Magialdia, es uno de los pocos que conoce la verdad.

Steinmeyer (Illinois, 1951) es conocido en el mundo de la magia como 'el hombre invisible'. El apodo hace justicia a su trabajo. Los mejores magos del mundo le contratan para que diseñe espectáculo. Su mente creativa está detrás de muchas de las atracciones de Walt Disney. En Broadway, si Mary Poppins llega volando al escenario es gracias a Steinmeyer. Y él hizo desaparecer la Estatua de la Libertad, aunque en la pantalla sólo apareciera David Copperfield. Nunca se le ve, pero él es la clave para que la magia ocurra.

«La idea de hacer desaparecer la Estatua de la Libertad pretendía aprovechar las ventajas de la televisión, algo que también nos estimulaba a buscar ideas nuevas y cada vez más grandes», asegura Steinmeyer en una entrevista concedida a EL CORREO. «Realmente, es una ilusión que sólo se puede realizar en televisión, porque una cámara puede mostrar al mago en primer plano y la estatua detrás. Se trata de un efecto que nunca se podría realizar delante de un teatro lleno de público. Sólo funciona ante las cámaras», explica.

¿Cómo una persona llega a convertirse en un arquitecto de sueños para magos? Steinmeyer comenzó de niño, jugando con una manoseada baraja. «Yo hacía algunos juegos con cartas mientras estaba en la escuela. Lo bueno de la magia, en este sentido, es que puede ser un hobby pero también una profesión. Luego conocí a algunos magos y eso me permitió desarrollar algún material para sus actuaciones. Me di cuenta de que yo disfrutaba más detrás del escenario, trabajando con el talento de los prestidigitadores, que actuando delante del público».

Uno de los secretos de la creatividad de Steinmeyer se encuentra en su forma de trabajar y en dejar que el tiempo madure los sueños que burbujean en su cerebro. «Yo prefiero las ideas lentas. Odio las situaciones en las que tengo que resolver un problema en una hora o dos, algo que lamentablemente me ha pasado muchas veces. Me encanta tener mucho tiempo para explorar nuevas posibilidades, para darle miles de vueltas a un asunto. El mejor resultado se consigue con las ideas lentas», sentencia. Y el segundo secreto de Steinmeyer es fijarse en quién va a encarnar sus sueños sobre un escenario. «La clave está en qué mago me ha contratado. Es como escribir una canción para Frank Sinatra o Pavarotti. Puedes compenetrarte con la fortaleza de su voz y su talento. Entonces, el efecto surge solo».