martes, 25 de marzo de 2008

Entrevista a Copperfield para "Central Ohio"

Traducimos una entrevista publicada en la prensa (http://www.centralohio.com/) el pasado 21 de marzo. Copperfield nos cuenta las claves del nuevo nombre de su espectáculo, de sus desafíos por realizar y por supuesto, el desarrollo de toda una vida dedicada a la magia.

David Copperfield ha sorprendido al mundo desde que era un niño que creció en Metuchen, Nueva Jersey. Ahora, después de desafiar a la gravedad con su ilusión Volar y de atravesar la Gran Muralla China, vuelve con una gira llamada "Una noche íntima de grandes ilusiones". El espectáculo se puede ver en el Palace Theatre durante dos sesiones el miércoles por la noche.

En una entrevista realizada a través del correo electrónico, Copperfield cuenta a la prensa de Ohio Central sus planes de superación y lo que considera su mayor logro.

Ohio Central: Señor Copperfield, hemos crecido viendo y leyendo noticias de sus increíbles hazañas. ¿Cómo cree que ha contribuido a redefinir el arte de la ilusión y a conservar lo pertinente en el contexto de la actual cultura popular?
David Copperfield: Mi espectáculo es una combinación de grandes e íntimas ilusiones. Me refiero a como si desconectase una parte del espectáculo de la magia para unirla más hacia la cultura popular de cada día, que siempre está en constante evolución como las giras que se hacen en todo el mundo. Me es difícil evaluar mi contribución al mundo del arte de la magia, he visto cómo lo desarrollaban mis predecesores y tendré que dejar que mis sucesores me juzguen a mí.

O. C.: Usted ha hecho lo imposible una y otra vez, desde levitar sobre el Gran Cañón hasta atravesar la Gran Muralla China. ¿Cómo lo va a superar?, ¿o cómo trata de crear ilusiones que son tan impresionantes?
D. C.: Hay algunas cosas que siempre he querido hacer como poner la cara de una mujer en el monte Rushmore, enderezar la Torre de Pisa o hacer desaparecer la Luna. Por lo tanto, ¡tengo mucho trabajo por delante!
La inspiración me viene de muchas maneras. La mayoría vienen en forma de sueños o pesadillas, en un encuentro por la calle, en mis viajes internacionales a otras tierras y exóticas localizaciones.
Es un gran número de maneras que me proporcionan la "chispa" para que el último número desarrollado sea visto por la audiencia (ojalá se sorprendan) en el escenario.

O. C.: ¿Cuáles son sus influencias? ¿Mirar hacia arriba en su trabajo?
D. C.: En muchos aspectos, mi arte mágico es el resultado de toda una vida de admiración por las grandes obras de directores de cine, desde Orson Welles a Steven Spielberg. También la teatralidad y la coreografía de las ilusiones están basadas en la inspiración de grandes artistas de baile como son Gene Kelly y Fred Astaire.

O. C.: ¿Cuál cree que es su mayor logro como ilusionista o en otras facetas?
D. C.: Hace muchos años mantuve correspondencia con alguien que me mostró una gran cantidad de autoestima en sus cartas. Finalmente, después de muchos meses, me encontré con él en un espectáculo y para mi sorpresa era discapacitado en una silla de ruedas. Yo estaba desconcertado porque él nunca lo había mencionado en las cartas. Entonces me di cuenta de que no creo en las discapacidades físicas en sí mismas. Y de que su práctica de la magia en casa le dio mucha seguridad. Por eso, a partir de ahí, comencé un programa llamado "Proyecto mágico", que se encuentra en cientos de países de todo el mundo, en miles de hospitales.
La magia parece dar a los pacientes, víctimas de accidente cerebrovascular, inválidos físicos, una gran mejoría de la autoestima propia y de la destreza manual. Este es un programa del que estoy muy orgulloso.

O. C.: A lo largo de 40 años en la magia, ¿cómo ha cambiado el arte del ilusionismo? ¿Es más difícil impactar al público actual que al de hace, por ejemplo, 20 años?
D. C.: Después de tantos años, todo se reduce a amar lo que hago, por lo que siempre estoy pensando en cómo mantener vivo mi espectáculo. Cuando voy de camino a mi próximo lugar de actuación, me pregunto si el público estará constituido mayoritariamente por estudiantes o por familias. Entonces, ¿debería adecuar la música para un colegio de chavales?... Por ello estoy constantemente pensando en mi espectáculo y en mi siguiente gran creación.

O. C.: ¿Qué consejo les daría a los jóvenes ilusionistas? ¿Cuáles son sus claves para el éxito?
D. C.: Creo que les aconsejaría perseverancia -olvidar la palabra "no"-, ¡amar lo que hacen y realizarlo con la máxima pasión!

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