«Hacer alucinar al público es la sensación más orgásmica que se puede sentir»
(Noticia ABC, año 2000)
Con una mirada misteriosa y semblante solemne (que enseguida dejó paso a un excelente sentido del humor), ayer hizo su aparición en Madrid David Copperfield, el mago que hizo esfumarse a la Estatua de la Libertad delante de centenares de espectadores.
Copperfield ha venido a nuestro país a promocionar la gira internacional «El viaje de tu vida», un nuevo espectáculo que lo traerá a La Coruña, San Sebastián, Barcelona, Granada, Valencia, Zaragoza y Madrid entre los meses de mayo y junio. La clave de este nuevo montaje será establecer un juego interactivo con el público, de modo que éste participe. Por este motivo «los hacemos levitar, desaparecer y los mandamos a sitios insospechados repartidos por todo el mundo», (en una ocasión un espectador apareció en medio de un partido de fútbol, cara a cara con su jugador favorito). Y es que para Copperfield, la esencia de la magia es «alucinar al público. No hay una sensación más orgásmica en un escenario que ver cómo el público se asombra, al igual que un niño que ve la nieve por primera vez. Yo lo hago con adultos, que es algo aún más difícil. Hago a la gente evadirse de la realidad como pueda hacerlo un buen vino, el cine o hacer el amor… Pero sin todas esas cosas».
El mago, que se inició profesionalmente en el mundo de la magia cuando apenas tenía 12 años, afirma que Dios (con quien dice tener una relación «muy personal, nada convencional») le ha dado un don, mediante el cual «realmente no trabajo, pero ayudo a la gente a deshacerse de su estrés», y añadió que se siente «muy afortunado». En efecto, una de las razones por las que se encuentra tan cómodo en nuestro país es porque «el público español es muy pasional: llora, grita, participa… Y eso para un artista es lo máximo».
Aunque en sus espectáculos juegan un papel fundamental las nuevas tecnologías (alrededor de 100 personas son necesarias para que él pueda ejecutar sus trucos), para Copperfield «donde un mago muestra su destreza es en los pequeños juegos de manos».
Copperfield afirma haber sido siempre autodidacta, e inspirarse en el público, su vida personal y en «modelos como Orson Welles, Disney, Gene Kelly o Fred Astaire, que también son magos a su manera».
Llegado a un punto, las preguntas abandonaron los derroteros de la magia para centrarse en la vida personal del artista. En este sentido, David Copperfield, apenas sin inmutarse, negó que su relación con Claudia Schiffer fuera un montaje para hacerse publicidad: «Ya era famoso antes de conocerla. Nadie compraría una entrada para ver al novio de alguien», y añadió que vivió con la modelo «seis años maravillosos, más que muchos matrimonios». Asimismo no descarta casarse en el futuro, y a la pregunta de cuántos hijos le gustaría tener, el mago lo tiene bien claro: «Trece es un buen número». Si él lo dice…
[Hemeroteca de ABC. 7 de marzo de 2000]
[Hemeroteca de ABC. 7 de marzo de 2000]
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